Yo solía encontrar el lugar que habitabas,
cuando la humedad de la tarde moría en las ventanas.
Sonreía cuando tu aliento mi pecho atravesaba.
Y tus gestos ahondaban el vacío en mis entrañas.
Llevaba en las piernas el camino de regreso a casa.
como artilugio ante las zozobras y hermetismos de tus miradas.
Yo solía orar a Dios / cuando él escuchaba.
Pero ahora solo quedan ecos tenues que recorren el lugar que habitabas
Pero ahora solo quedan ecos tenues que recorren el lugar que habitabas
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